¡Lo mejor ya viene!

Recuerdo cuando en diciembre del año 2016, a muy pocos días para fin de año y recibir el 2017, mientras conducía justo por el frente de la UASD, pasar los reductores de velocidad, y por alguna extraña razón, recibir en mi cabeza la frase que todos decimos cuando está por culminar un año: "Este que viene, será un año diferente". No volví a pensar en eso, e iniciando el 2017, mi predicción se cumplió, desde el principio, el 2017 fue un año MUY diferente.

En enero pase dos situaciones difíciles cada una a su grado, el segundo día de este mes, renuncié a mi trabajo...¿podía hacerlo? si, claramente lo hice...¿debía? Quizás no, tal vez si, todo depende del ángulo desde donde miremos.

Pensé que llevar esos días en casa serían difíciles, hasta llegar a uno que nos marcó a todos, el 27 de enero. Tranquilos, no haré esa historia otra vez, solo diré que ese día cambio muchas cosas en mi vida, en la de mis amistades, y en la de mi familia.

¿A donde quiero llegar con todo esto?

Fácil, nosotros diariamente hacemos listados en nuestras cabezas, quizás físicos, sobre nuestros planes, sobre nuestros proyectos, pero aunque pensemos que si, no contamos con la certeza total de que se realicen, porque nosotros no decidimos eso.

Existe una frase de Woody Allen que me gusta mucho, "¿Quieres hacer reír a Dios? cuéntale tus planes". Y es cierto, ¿cuantas veces no hemos organizado una salida, digamos a la playa, y justo ese día amanece cerrado en agua?

Y no, no me pondré religiosa. Mi punto es, que nosotros quizás tengamos listas inmensas de cosas por cumplir, y obviamente debemos trabajar para ello, pero siempre teniendo presente que existe una fuerza muy superior a nuestra capacidad que es la que da la última pincelada.

Este 2017 fue un año lleno de experiencias que no estaban en mi listado, pero que eran necesarias que las viviera,

¿por que? 

Realmente no se como responder a eso.

Fue un año lleno de momentos inolvidables, de aprender a amar, de dar algunos pasos que por cuestiones del pasado, quizás ahora daban temor. De conocer gente que cumplió su plazo, y ya se marchó, de valorar a quienes continuaron, de AMAR, y dejarse amar, y sobre todo de DAR.

Dimos buenos momentos a quienes estuvieron con nosotros, quizás dimos una que otra lágrima a algunas personas, pero de algo si estoy segura, y es que dejamos y tomamos experiencias de todos los caminos que recorrimos este año.

Mi deseo para las personas que han apoyado mi pasión desde el principio, desde que recibieron la noticia de mi blog, es:

Amemos más.

Demos más.

Recibamos lo que nos envíe la vida.

Nos cuidemos, pero estemos dispuestos a recibir nuevas experiencias.

Valoremos a quienes amamos.

Respetemos.

Perdonemos. Aprendamos hasta del más pequeño de la casa, todos tienen algo para enseñarnos. Escuchemos más, hablemos menos. Compartamos más y creemos recuerdos que nunca se irán y permanecerán en el corazón de quienes los vivan con nosotros. Saquemos algo bueno hasta de los malos momentos. Y sobre todas las cosas, empecemos a creer y a tener FE, en nosotros, en las personas que amamos, y en esa fuerza más allá de nuestras capacidades, llámalo como sea mejor para ti; yo lo llamo DIOS. ¡Feliz Año Nuevo! xoxo,

Génesis. 

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