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Cenicienta

  • Génesis Ruiz
  • 9 nov 2017
  • 3 Min. de lectura

Había una vez una joven que sentía que para llegar al climax de su felicidad debía tener una pareja, encontrar ese tan soñado principe azul que viniera en caballo blanco a rescatarla, que escalara montañas, luchara contra dragones, derrumbara torres, y al final con un beso y un "felices para siempre" la convertiría en la reina de su cuento de hadas, y ahí termina aquella fantasiosa historia.


Te tengo noticias........


¡DESPIERTA! Eso es solo un SUEÑO.


Todas y todos conocemos a alguien que vive en una eterna fantasía, en un constante cuento de hadas, e incluso, tenemos una persona cercana que sufre del no tantísimo conocido "Síndrome de Cenicienta", si no la conoces, te aviso que puedes ser tú.


Y no, no me refiero a la parte de la historia de Disney en la que había una chica con una malvada madrasta que la obligaba a limpiar la casa las 24 horas del día, escribo sobre la otra parte de la historia, esa donde un principe va joven por joven midiendo un zapatito de cristal, que al parecer solo le quedaba a una persona en todo un reino, y donde termina en la tan utopica frase "vivieron felices por siempre".


Antes el "Síndrome de Cenicienta" era reconocido en niños adoptados, en su mayoría, pero como están los tiempos, existen mujeres que lo padecen.


Este complejo se da cuando la mujer siente temor a independizarse sentimentalmente, tienen una idea acerca de la vida algo fantasiosa, esperan ser el centro de la atención de su pareja, la cual esperan para que las salve de la pesada, aburrida o triste vida que llevan, al menos es lo que ellas consideran. Todas tienen un factor común, y es que la mayoría de ellas creció con la idea de llegar a tener un "hombre perfecto", es por eso que siempre andan buscando un príncipe azul, por tanto sus relaciones no duran mucho tiempo y su pareja nunca resulta "lo que esperaban".


Y aunque suene algo contradictorio, estas mujeres tienden a poseer una personalidad fuerte, pero lo nubla el hecho que sienten que llevan una vida incompleta sin aquella pareja que tanto han idealizado.


Y para poner la cereza al pastel de los rasgos de nuestras Cenicientas, estas sienten temor de vivir sin una pareja, pues no consiguen al "hombre perfecto".


Este transtorno, complejo, síndrome, como prefieran llamarlo, podemos evitarlo o por lo menos luchar contra él, desde que nuestras feminas son pequeñas. ¿Cómo? de la forma quizá más sencilla, que pareciera ser absurdo.:


Dejándoles claro que TODOS somos seres humanos y nos equivocamos. Que eso que vemos en las historias de Disney son fantasías, cuentos de hadas, sucesos muy lindos, que sí, pueden pasar cosas similares en la vida real, pero no constantemente viviremos en un mundo de sueños.


Decidamos formar futuras mujeres fuertes, independientes emocionalmente, e igual de fuertes en ese sentido, que al momento de decidir tener una pareja, conocer a alguien, dar ese paso que estoy segura todas queremos dar, sea por decisión, no por felicidad.


Y a las que pasan por esto, que idealizan y luego se desilusionan y viven en ese constante vaivén, sepan, comprendan, empiecen a entender que ya tenemos el don y la maravilla de ser mujeres, de decidir que queremos en la vida, de saber cuando aceptar y cuando no, y cuando enfrentar y continuar y cuando detener.


Si, se que quizás para algunas sea más dificil que para otras enfrentar la libertad emocional, pero buscando ayuda se puede lograr. Y podemos empezar por la parte más sencilla y al mismo tiempo tan complicada, aprender de nuestros propios errores, y de los errores de otros: sería probablemente el primero de muchos pasos para hacernos entender y aceptar que los cuentos de hadas, son solo eso.


El Síndrome de Cenicienta afecta a muchas mujeres a nuestro alrededor, y son cada vez más las que dependen de otra persona para sentirse plenas, una plenitud que dura solo unos pocos meses.


NO! La relación perfecta NO EXISTE.


NO DEBES ESTAR CON ALGUIEN PARA SENTIRTE FELIZ, SE FELIZ CONTIGO Y LUEGO DISFRUTA DE LA COMPAÑÍA DE OTRA PERSONA, ÁMATE, CUÍDATE, VALÓRATE, Y LUEGO ENRIQUECE TU VIDA DE FORMA SALUDABLE AL LADO DE ALGUIEN, pero que todo esto sea por el hecho de que ya te descubriste, te disfrutaste a plenitud, y tienes algo que aportar en la vida de una pareja, y esa persona te complementa, pero sin dejarte de lado en tus prioridades y en lo que eres tú como mujer.


Aunque estoy segura que para algunos suene gracioso la forma en que he querido abordar este tema, vale agregar que es necesario que quienes padecen este complejo busquen ayuda y vayan a terapias, vivir de esa forma no es saludable para la persona que lo padece y tampoco para quienes las rodean.


VIVE, DISFRÚTATE, CONÓCETE, APRENDE A VIVIR CONTIGO, Y LUEGO DA EL PASO, no cuando sientas que es necesario, sino, cuando sientas que estás lista.



xoxo,


Génesis




 
 
 

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